La Ausencia de mi Padre
Por: +Eka Manía
En el internet uno se encuentra con
un mundo de temas cotidianos, experiencias y anécdotas que muchos autores y anónimos
nos dejan, pues navegando por el espacio virtual me encontré con una historia
que llamo mi atención y vale la pena compartirlo.
Esta persona nos cuenta de cómo ha vivido durante años viendo sufrir a su madre, la razón eran las infidelidades de su padre, cosa que de criatura no entendía. Pues bien, ahora que es una persona adulta entiende claramente muchas cosas y le agradece a su madre todo el aguante y la humillación que ha tenido que vivir por mantener el significado de una “familia unida”, para que en el futuro sus hijos le dieran el mismo valor e importancia a las suyas. Pero me pregunto, ¿se tiene que llegar a ese tipo de degradación para mantener una familia unida?, ¿será que si no hay un padre no hay familia?, ¿no será mejor alejarnos de los daños y empezar una vida nueva?, una suma de preguntas que necesitan respuesta, iremos desarrollando a través de este blog una serie de artículos con respuestas a estas y otras preguntas.
Pero aquí les dejo el relato recopilado
del internet (foro)
Llorabas en la cocina mientras preparabas
el almuerzo, y yo con cinco años te preguntaba -¿porque llorabas?- y tú me decías
que la cebolla que trajiste del mercado era muy mala y te hacia llorar, me
abrazabas fuerte y me decías “ve a jugar con tus hermanos”. Esa escena en
diferentes circunstancias la he visto por años, muchas han sido ignoradas, pues
tu peleas con papa y tu trato duro hacia la gente me dejaba la sensación que
era unas persona amargada y, por eso te pasaban cosas que te hacían llorar.
No solo tus lagrimas eran la razón
para darme cuenta, mientras crecía, que algo andaba mal; por ejemplo, la
ausencia de papá - por andar con los amigos todo el día - era una de las
razones por la te ponías triste. ¿El trabajaba?, claro que sí, tenia que
mantener a sus “familias” y aunque nos daba materialmente todo su
presencia era mínima. Ya que cuando finalizaba sus horas de trabajo prefería ir
corriendo a tomarse unas birras con los amigos, en vez de venir a casa y
compartir con nosotros. Eso lo entendí cuando tuve 12 años; íbamos de compras
al supermercado con mama, un viernes a las seis de la tarde, junto con Mariana
y su amiga.
-
¿Nos demoraremos mucho Doña H?
-
No, hija. Voy por unos vegetales para la ensalada y unas especies
para la sopa de la cena… ¿necesitas algo?
-
Pues sí, mi papa ira a su casa
a recogerme, hoy es viernes y como todo viernes papa nos llevara a cenar con
mama y planearemos el fin de semana juntos, en familia, el toda la semana ha
estado muy ocupado…y el fin de semana es para estar juntos.
Me pareció encantador lo que Mariana dijo,
pero no me llamo la atención, realmente no experimento ese tipo de vida y no sé
lo que se siente... ¿Qué papá este un viernes en casa? Jajá…eso hubiera sido un
milagro, en algún momento sucedió ese momento prodigioso y era porque él estaba
enfermo. Lo que me llamo la atención fue el rostro de mi madre y el de mi
pequeña hermana, que al parecer si les toco mucho el comentario de Marianita.
Entonces, trate a mis doce años manejar la situación de una forma risible,
tratando de hacer reír a mi mama con mis bufonadas, pero el intento no fue
bueno, termine recibiendo un grito como – ¿Te puedes callar?, estás haciendo el
ridículo, mejor tráeme un coche del mercado para apurarnos, el papa de Mariana
pronto llegara por ella.
Llegamos a la casa y efectivamente
vino Don P. por su hija, un hombre muy elegante y educado pero sobre todo
humilde, nos trajo dulces a todos y le agradeció a mi mama por el cuidado de su
hija. Mi mama empezó hacer la cena y cuando termino nos sentamos todos a comer –
papa, llamo y como de costumbre se reporto diciendo “no me esperes, cene sin mí”,
mi mama tiro sutilmente el teléfono y de las 4 cucharadas que le dio a la sopa,
la dejo enfriarse por completo, ella trataba de mantener la armonía, pero es
entendible, cuando el corazón esta triste todos intentos son débiles, ella
amaba a mi padre, lamentablemente el no demostraba lo mismo.
Después de años de haber experimentado una
vida sin la imagen paternal y siendo una persona adulta, me enfrente a mi padre
y le reclame todo la ausencia que tuvo durante mi crianza, pues él, nunca me
llevo al parque, nunca me baño, jamás me dio de comer, ¿leerme cuentos?, eso
solo sucedía en las películas, en las fotos familiares sale poco…y ahora que
uno está más viejo desearía recordar su cara de joven, pero él se la perdió,
quizás sus amigos o sus otras mujeres tendrán más fotos de él.
Un día llegando a casa después de la
universidad, - ingrese a la tercera-, escucho discutir muy fuerte a mis padres,
eso me atormentaba y me quitaba el apetito, pero ahí estaba yo oyendo todo. No
tenía a donde ir, apenas llegaba, así que por más que me tapara las orejas, sus
alaridos traspasaban la piel de mis manos que cubrían mis oídos. – Tengo más
hermanos regados por toda mi comunidad, que fenomenal noticia -. Mi madre
devastada con lo que acaba de enterarse…, yo no quise intervenir, pero tuve que
hacerlo, le pedí a mi padre entre lágrimas y rabia que por favor se retirara,
una escena complicada para un adolecente.
Desde ahí comprendí
muchas otras cosas más y le agradecí de rodillas a mi madre, por todo el aguante,
la humillación, la desesperación que vivió durante años por la única intensión de
mantenernos unidos. La bese, la abrace le dije lo hermosa que se ve y que junto
a nosotros ellas saldrá adelante…,ella entre lagrimas me pedía que no odiara a
mi padre, que no le dijera nada a mis otros hermanos, que él nos ama..Le dije
que no se preocupe, no quería hablar del tema, que mejor hablemos de otros
planes.
Hoy en día, mi madre participa
de voluntaria exponiendo temas de maltrato durante el matrimonio, apoya a casa
hogares y madres adolecentes en nuestra comunidad. Realmente, ama lo que hace y
la veo feliz y con alguien que la valora, la acompaña y la respeta como es ( a
sus 61 años). Esa energía positiva que ha entrado en ella, le ha permitido
abrir un centro de lectura para familias, hacemos, - si también estoy
involucrado- charlas y actividades para proveer la unión SANA en la familia.
¿Te preguntas por mi padre?, el
ya se retiro, recibe su pensión y vive solo en un apartamento a media hora de
mi casa, nosotros lo visitamos los viernes por la tarde (mis hermanos y yo),
que irónico, el nunca estuvo un viernes con nosotros, pero así es la vida, mis
hermanos y yo le llevamos a los nietos y preparamos algo de comer en su casa,
tratando de darle alguna alegría, está solo y enfermo, padece de Parkinson, mis
medios hermanos – que dicho sea de paso, no tienen la culpa y hemos tratado de
llevar una buena relación- también lo visitan aunque viven en otro estado.
Mi
mensaje es muy simple, construyamos familias solidas para el futuro, se puede
hacer una familia feliz en unión de los miembros que participan de ella, no de
los nombres (mama, papa, etc.). La familia se define como la unión de personas
que comparten un proyecto vital de existencia en común que se supone duradero,
en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, en el
cual existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas
relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia.
Unas frases:
El mejor regalo que le puedes
dar a tu familia es el tiempo que les dedicas a ellos.
La familia es la esperanza de
la vida, la base de los valores y la fortaleza de los niños.
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